Nuestra Señora del Gran Dolor
(Cotitular de la Hermandad)
La Imagen de Nuestra Señora del Gran Dolor completa la iconografía de la Hermandad.
Es esta una bella imagen realizada en escayola de la Madre de Dios. con la mirada elevada hacia lo alto en actitud orante y al tiempo resignada, acaso tal y como se hallaba junto a la Cruz en el Gólgota, asistiendo con profunda tristeza a los últimos momentos de la vida del hijo amado.
El semblante, más que dolor o desesperación irradia dulzura en los suaves rasgos que la acompañan, la dulzura de la madre que alberga la Esperanza de la Resurrección.. Pero su mirada, lacerada y a la vez profunda, contiene la conformidad de la madre que acepta el dolor, que sufre en silencio. La madre que ocupa el lugar que le corresponde en la gran tragedia, que guarda en su corazón la honda pena que la embarga, tan solo visible a través de sus ojos negros y vidriosos.
No aparece nuestra Dolorosa coronada, ni tocada con bellos bordados o encajes, sino humildemente vestida, como si su indumentaria fuera una imaginaria aura mística de divinidad.
Foto: Archivo de la Hermandad
STABAT MATER
Junto al leño de la Cruz.
¡Que alta palabra de Luz!
¡Que manera tan graciosa.
de enseñarnos la preciosa.
lección del callar doliente!.
Tronaba el cielo rugiente,
la Tierra se estremecía,
bramaba el Agua....María,
estaba, sencillamente.
(Coro de monjes Benedictinos)
No aparece nuestra Dolorosa coronada, ni tocada con bellos bordados o encajes, sino humildemente vestida, como si su indumentaria fuera una imaginaria aura mística de divinidad.
En los primeros tiempos, un puñal clavado en el pecho cuya empuñadura sobresalía simbolizaba su dolor, tal vez recordando la profecía que durante la Presentación del Niño en el templo le refirió˛ el anciano Simeón: Y a ti, una espada te atravesará el alma. Pero en la actualidad, este objeto ha sido suprimido, probablemente porque no es necesario, pues basta la sola contemplación del rostro de María para captar el Gran Dolor que da nombre a esta advocación de Nuestra Señora.
Originariamente, esta Imagen pertenecía a la Parroquia de San Lorenzo de El Escorial, donde recibía culto durante todo el año. En Semana Santa, procesionaba por las calles del municipio sobre unas andas que eran portadas alternativamente por cofrades de las Hermandades de Pasión que existían por aquel entonces, entre ellas la del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que no se sabe muy bien porqué, pero terminó haciéndose cargo definitivamente de este cometido, a pesar de que en una ocasión, al iniciarse la procesión se les fue al suelo a los portadores, sin que, afortunadamente, ocurriera nada digno de lamentar.
De esta manera surgió la vinculación de la imagen de Nuestra Señora del Gran Dolor con la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una vinculación que culminaría con su incorporación a la misma el 19 de Septiembre de 1.954, día en que la Junta Directiva aceptó el ofrecimiento del Señor Cura Párroco, que en aquel momento era Don Teodosio Martínez Pardo, de hacerse cargo de la misma con las obligaciones que ello conllevaba.
Cuando desaparecieron las Procesiones de las calles de San Lorenzo de El Escorial, esta Imagen dejó de procesionar, quedando expuesta para el culto en la Iglesia Parroquial, de donde poco a poco fue siendo relegada al olvido de un desván. Allí permaneció hasta el año 2000, en que la Hermandad decidió recuperarla y hacerse de nuevo cargo de ella
Restaurada por Doña Arancha Aguilar, y posteriormente bendecida con gran solemnidad durante los actos que con motivo del Septenario Anual en Honor del Santísimo Cristo de la Buena Muerte celebra su Hermandad en el mes de Septiembre, la Imagen de Nuestra Señora del Gran Dolor recibe culto actualmente en la Capilla del Cementerio Parroquial de San Lorenzo de El Escorial, junto a la Imagen titular del bendito Crucificado que da nombre a la Hermandad.
Enlaces relacionados:
- Conjunto escultórico El Calvario
- Imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte
- Capillas: Cementerio Parroquial