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El Calvario (Conjunto Escultórico)

Resulta muy común en la Imaginerí­a Religiosa, la representación plástica de los diferentes momentos de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Este afán, que tanto ha movido al hispano al Amor a Cristo, conmovido por la contemplación de su cuerpo muerto o malherido, es probablemente uno de los factores que, unido al deseo de llevar a todos los rincones el Misterio de la Redención, dio origen a la Semana Santa Española, manifestación expresiva única en el mundo.

Y uno de esos temas que son representados de forma recurrente, es aquel conocido como "El Calvario", que inmortaliza el momento en que Cristo crucificado, cerca ya de exhalar el último aliento, tiene su madre y a Juan, el discípulo amado, al pie de la cruz. Cuando volviendo hacia ellos la mirada, le pide a ella que acoja a este como hijo, y a este a ella como madre, convirtió a Marí­a en la madre de la Cristiandad.

La trascendencia de este momento, unido la inmensa devoción que despierta la figura de la Madre de Dios, hacen que existan numerosos Calvarios en iglesias y templos, muchos de ellos, custodiados por las Cofradías que salen en procesión por las calles durante la Semana Santa.

La Hermandad del Santí­simo Cristo de la Buena Muerte de San Lorenzo de El Escorial, cuenta con un conjunto escultórico de este tipo entre su Iconografía.


Foto: Rubén Ojeda

Inspirado en el majestuoso Calvario que preside en Presbiterio de la Basí­lica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, mandado erigir por Felipe II para conmemorar su victoria en la batalla de San Quintín, y elaborado en bronce dorado a fuego por el escultor italiano Pompeyo Leoni, nuestro Calvario fue proyectado y realizado en el año 1.959 por Don José Luis Rodrí­guez, artista local y miembro numerario de esta Hermandad, que se ofreció voluntariamente a realizar tal cometido.

Fue en 1960, justo un año después de iniciarse la ejecución del proyecto, cuando este conjunto escultórico concebido como Paso de Semana Santa procesionó por vez primera por las calles del Real Sitio, instalado sobre una plataforma provista de ruedas, empujada desde el exterior por sus cofrades debidamente ataviados con el blanco atuendo penitencial de la Hermandad, y precediendo al del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, aspectos estos que se han mantenido intactos hasta nuestros días..

Como ocurrió con casi todas las Imágenes que procesionaban en la Semana Santa Escurialense, durante la etapa de suspensión temporal que fue de 1.969 a 1.983 El Calvario de nuestra Hermandad dejó de salir a la calle. En un principio quedó expuesto en la Iglesia Parroquial para el culto, pero ante la falta de un lugar propio de ubicación pasó a un desván, de donde polvoriento pero en buen estado fue recuperado, aunque fue en la segunda Semana Santa del reinicio, la de 1.984 cuando volvió a salir en procesión. Desde entonces, salvo en Semana Santa, recibe culto en la capilla del Cementerio Municipal de San Lorenzo de El Escorial, inaugurado en 1.980, y al que se halla vinculada la Hermandad, habida cuenta de sus piadosos principios fundacionales.

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